Vicente Flors, alma, corazón, cerebro y manos de Bodega Flors no se arredra ante nada, pero no lo hace porque sea un temerario, más bien todo lo contrario, lo hace porque es un maestro a la hora de extraer lo mejor de cada uva que entra en su bodega, sabe comprender lo que cada grano le puede dar y se lo exige.
De ahí que entendiera que dentro de los racimos de su Cabernet Sauvignon había un delicioso vino ancestral que estaba reclamando ser creado:
