Para muchos las vacaciones están a punto de terminar y la vuelta a la rutina nos devuelve a mirar al vino a más largo plazo, con menos inmediatez.
El vino blanco del que os hablamos hoy es un vino blanco con una gran personalidad y con innegable vocación de evolución.
Su origen, en un paraje de pizarra laminada, de orografía de desfiladero con esquistos grises muy erosionados y bajo contenido orgánico, extremadamente suelto y rocoso, marcan un perfil aromático de exquisita mineralidad. La boca contrasta y sorprende, pero no os queremos contar más aquí
