Porque el vino que os traemos hoy es una auténtica joya que aúna el clasicismo intemporal con una personalidad moderna, que es capaz de atraer a aficionados de todas las edades, perfiles y gustos.

Analizando las añadas 2018 (en dos momentos diferentes de su vida) la 2021 y la 2022 (en momentos muy similares de su recorrido) y la 2018 frente a la 2022 en la misma sesión, os demostramos la importancia del efecto añada pero más aún, dejamos prueba de su capacidad evolutiva y su clara vocación gastronómica.