Con este post os queremos demostrar fehacientemente que el vino rosado puede evolucionar favorablemente en el tiempo, pero no cualquier vino rosado. Para que un vino rosado pueda desplegar finura y complejidad sin perder frescura ni fruta, tiene que como base fruta de gran calidad y unas manos que lo elaboren cuidándolo tanto como al vino tinto o al blanco.
Y esto es lo que hicieron las manos de Carmen Enciso y Luis Valentín, crearon un vino cuya belleza continuará evolucionando y maravillándonos con el paso del tiempo:
