Nos hemos puesto al día con uno de los proyectos más auténticos con los que nos hemos cruzado en VinObjetivo, protagonizado por dos hermanos, viñas viejas heredadas que plantaron sus tatarabuelos y una obsesión, que sola y únicamente hable la uva.
Esta obsesión la materializan mediante la crianza en el medio que más respeta la fruta: la tinaja de barro.
Viaja cono nostoros a la Manchuela más pura y descubre sus dos últimas e interesantísimas novedades, un vino blanco bajo velo flor y una garnacha de cepas muy viejas que sólo se puede elaborar cuando las circunstancias climatológicas lo permiten dada su avanzada edad:
