Este vino blanco es un homenaje no sólo al clásico vino blanco riojano sino a su procedencia, a esas viñas históricas en las que se mezclaban las variedades blancas con las tintas, porque así es como se hacía entonces.

Además, la bodega González Ayala ha recuperado la variedad Calagraño, que con su pequeño porcentaje, incorpora un punto de acidez extra para componer un equilibrado conjunto junto a la mayoritaria Viura y el toque de Malvasía Riojana: