Viajamos hasta Villarroya de la Sierra en la provincia de Zaragoza para entender en persona el motivo por el cual los vinos Albada son una expresión tan nítida de la tierra de la que proceden.

Allí descubrimos sus cepas centenarias, algunas con más de 100 años plantadas después de la plaga de la filoxera, y encontramos macabeo, muy viejo también, de lo poquísimo que queda en la región.

Manuel Castro, enólogo, cabeza y corazón de este proyecto nos cuenta cómo se cuida la viña al milímetro y la historia de la Bodega Virgen de la Sierra que echó a andar en formato de cooperativa por una injusticia social, es ahora uno de los referentes de calidad más significativos.