Los hermanos Berzal heredaron de su padre y de su abuelo el amor por el vino y su sabiduría, y si bien su padre llevó a cabo el primer paso en post de la modernización de su elaboración, fundando la bodega en la que finalmente embotellaron el vino que vendían a otros, fueron sus hijos quienes le dieron el impulso definitivo, pasando de aquel primer joven maceración carbónica a los excelentes nueve vinos actuales.
Pero nunca olvidan sus raíces ni todo lo que aprendieron de él…