Si bien es cierto que la garnacha es una variedad camaleónica que se adapta como pocas a diferentes terrenos y climatologías, también lo es que en determinados terruños se expresa con una belleza realmente excepcional.

Esa belleza, si se sabe respetar, cuidar y proteger, si se elabora en bodega con cariño y pasión, nos trae vinos tan espectaculares como este Pater 2018 de la bodega Ficaria Vins: