El vino con el que Vicente Flors ha querido celebrar el año en el que por fin, pudo elaborar en su propia bodega, el 2015, se compone de la selección de unas barricas muy especiales de esa añada, a las que se les ha dado unos meses más de crianza para depurar su finura y elegancia.
El resultado es un vino elegante, aromático y con un cuerpo contundente, que pide sentarse a una mesa y disfrutar de una buena comida