En La Rioja hay apenas un 2% de cepas de graciano, una variedad compleja, a la que le cuesta madurar y con las que muchos no se molestan porque ¿para qué?

Pero Valenciso tiene unas pocas cepas en Haro y Ollauri que vigila año, tras año, con el convencimiento, como ocurrió en el año 2017, de que cuando se den las condiciones óptimas recompensará sus esfuerzos con un fruto excepcional.