Roberto Martínez Ramos, alma, corazón y cerebro de Malandrín Wines, elige las más finas uvas de tempranillo y las mejores barricas de la bodega para elaborar este vino. Las uvas proceden de una viña de más de 80 años, a 950 metros de altitud, en una comarca conocida como La Tierra del Vino, que se sitúa en el sur de la provincia de Zamora. Es una zona con una tradición milenaria de la viticultura, de la que se tiene constancia desde al menos la época de la invasión romana.
En esta región las viñas son viejas, mayoritariamente en vaso, plantadas sobre suelos pobres de tipo aluvial.
El Malandrín Superior es probablemente el vino que mejor expresa la evolución de la bodega, un vino en el que todo el potencial de la uva y de la zona se muestran sin artificios, lo que le permite desarrollarse y crecer, sin perder ni una sola gota de su esencia original
No te estamos contando una historia ¡te lo demostramos!
Malandrín Superior 2019
Catado en octubre 2023
Redondo en boca, con raza, perfil poderoso y gran potencial de evolución
Fruta silvestre roja y negra, toques de especias, ahumados, laurel, regaliz y corteza de pino. Complejidad aromática, muy fragante.
Es amplio, concentrado, con buenos taninos y alta acidez que levanta con nervio su estructura. Es sabroso, persistente y masticable, con final largo y mineral. Una boca en la que se ve reflejada la nariz.
Catado en octubre 2024
1 año después: confirmado, un excelente vino que mejora con la guarda, y lo que le queda …
Fruta negra con la ciruela al frente. El chocolate y la pimienta negra se integran con una fina mineralidad de hierro y la hoja de tabaco, dejando una sensación aromática profunda y orgánica.
En boca se muestra elegante, recio y rotundo, con un tanino cremoso y dulce, y buena acidez. Un vino muy personal y al mismo tiempo equilibrado y muy sabroso.
Conclusión:
Nuestra opinión, basada en dos sesiones de cata a ciegas independientes y con un año de diferencia, es que la 2019 del Malandrín Superior es una añada soberbia, que nos permite dibujar las líneas maestras que ha trazado Roberto Martínez Ramos con la excelente y cuidadosamente seleccionada uva de tempranillo con la que lo elabora.
En las dos ocasiones se mostró frutal, aromático, complejo y concentrado, muy sabroso. Sin embargo podemos comprobar su evolución en su profundización aromática y en la cremosidad y dulzor de sus taninos.
No obstante, el hecho de que mantenga la fruta como protagonista y que no haya perdido ni un ápice de acidez, lo convierte en un vino que sigue siendo 100% bebible y disfrutable, a 5 años de su vendimia, y con aún una larga proyección a futuro.
Un vino que sin duda se disfruta mucho cuando las temperaturas bajan, y en cualquier momento del año que nos apetezca una carne suculenta, asada al horno en la mesa de Navidad, o al aire libre, en una buena parrilla.
© Mara Funes Rivas – Diciembre 2024
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