- Bodega: Conde Valdemar
- D.O./Origen: D.O. Ca. Rioja (España)
- Variedad: 85% Tempranillo, 10% Mazuelo y 5% Maturana, provenientes de una cuidada selección de las viñas viejas ubicadas en la Rioja Alavesa
- Elaboración y crianza: Reposa durante 30 meses en barricas de roble francés
- Graduación: 13,7º
- Precio aproximado en internet: Entre 19 y 20€
- Fecha de cata: 05/02/2018
Apreciación: El vino tiene un color rojo picota madura y capa media, que hacia el borde se va tiñendo de un tono más rojizo que recuerda a la teja. Destaca también una sombra de un matiz menos violáceo y más hacia el pardo, que es la única nota visual que refleja sus once años de edad. La lágrima es densa, glicérica y acuosa.
Recién abierto y sin agitar, lo encontramos algo cerrado. Al poco tiempo comienza a mostrar aromas de tierra mojada y setas, todo ello acorde con un vino de esta larga crianza que acaba de ser descorchado.
Con timidez pero sin pausa, empiezan a asomar las especias picantes (pimienta negra y clavo). Se intensifica la sensación boscosa con aromas a trufa y hoja de tabaco. Con mayor tiempo de oxigenación aparecen pinceladas de fina marroquinería. También destacan las notas de ebanistería, recuerdos a leña, aromas de nata líquida y frescura de pino. El trabajo del tiempo y el oxígeno nos traen más complejidad con pinceladas metálicos y sensación cálida. La fruta está madura, resaltando la fruta negra y la piel de naranja.
En boca tiene un primer contacto muy amable que engaña un poco porque según va recorriendo lengua y paladar, va aumentando en volumen y desplegando fuerza y garra pero sin perder en ningún momento una característica que le acompañaría en toda la
degustación, que es su elegancia y nobleza.
El sabor predominante es de fruta negra, espolvoreada con chocolate negro rallado y terminando con recuerdos a regaliz negro. Durante todo su trayecto notamos chispas de pimienta blanca picante y sutiles recuerdos ahumados (embutidos, cárnicos). Es muy sedoso al tacto (tanino dulce), sabroso, contundente en volumen y se agradece la frescura de su acidez. Es largo y persistente.
Retomado al día siguiente tras su extracción de oxígeno, el vinose muestra más elegante y fino que nunca, abriéndose con más matices frutales (fruta roja, frutillas del bosque, higos) y de especies (canela, clavo, popurrí de pimientas) y hierbas aromáticas.
Recomendación de consumo: Un vino que aunque tiene una gran proyección futura está perfecto para ser consumido ya. Acompaña a la perfección todo tipo de carnes rojas, hasta las de larga maduración, elaboradas tanto a la brasa como en estofados con salsas. También se recomienda degustarlo sin acompañamiento como vino de sobremesa, charla y sillón.