
- Bodega: Dehesa de Luna
- D.O./Origen: La Roda (Albacete)
- Variedad: 100% Cabernet Sauvignon
- Elaboración y crianza: Extracción del mosto mediante un suave y rápido prensado de la vendimia sin despalillar. El mosto se mantiene a 7ºC durante 7 días sin desfangar. Fermentación a temperatura máxima de 15ºC, posteriormente se mantiene en contacto con sus lías durante tres meses más
- Graduación: 13,5º
- Precio aproximado PVP: 8,5€
- Fecha de cata: Cata a ciegas llevada a cabo el 25/06/2019
Información de interés: Dehesa de Luna es un interesante proyecto vitivinícola enmarcado en una extensa finca reconocida como Reserva de la Biodiversidad. El concienzudo análisis previo del terreno y una viticultura plenamente adaptada a este terruño, han conseguido que variedades como la que os traemos hoy, la cabernet sauvignon, se hayan aclimatado de una manera impecable
Apreciación: Formato de la etiqueta muy limpio y fresco, con la franqueza de mostrar el interior como un elemento más del diseño. Muy original y acertado.
El vino tiene color rosa salmón claro, en transición al color piel de cebolla. Muy limpio y atractivo
En nariz se muestra un poco tímido en primera instancia, pero gradualmente va abriéndose con frutillos rojos y notas de hierbas medicinales. Aparecen pinceladas de melocotón y talco.
Con mayor temperatura y oxigenación, su bouquet de aromas nos lleva al campo, con recuerdos de leña, esencias campestres, toques agrestes y un punto balsámico, combinados con notas lácteas yogurt y chispas de anís.
Un perfil aromático complejo y muy elegante.
En boca tiene una armonía muy bien conseguida. Es suave, de paso muy amable y sutil, con fondo cítrico y melocotón.
Al tacto despliega una untuosidad moderada y un ligero toque abocado que lo equilibra y le da una boca muy fresca y amable a la vez.
Con buena acidez, es sabroso, amplio, tiene cierta persistencia, y en el retrogusto es muy cabernet sauvignon.
Valoración global y recomendación de consumo: Estamos ante un vino muy particular y al mismo tiempo muy ligero y bebible.
Equilibrado en todas sus facetas, nos gana por su complejidad y sutileza, y por una boca que está magistralmente conseguida.
Un vino que se puede acompañar de casi cualquier tipo de comida por su estructura, su complejidad y al mismo tiempo su franqueza y frescura. Delicioso en esta época del año, no es un vino para aparcar después del verano sino para disfrutar durante todo el año.
© Mara Funes Rivas – Agosto 2019