Flor de Ahillas Blanco 2022: carácter mediterráneo marcado por su suelo de altura

  • Bodega: Bodegas Terra d’Art
  • Origen: Valle de Ahillas (Alto Turia) – D.O. Valencia
  • Variedad: 100% Merseguera de cepas muy viejas
  • Elaboración: La entrada de uva a la bodega se produce por la mañana en cajas de 15 kg. a una temperatura entre 6ºC y 12ºC para evitar oxidaciones, y para bajar su temperatura se emplea nieve carbónica. Realiza maceración prefermentativa a 6ºC durante unas 32 horas. Posteriormente su prensado se realiza en una prensa neumática de muy baja capacidad
  • Crianza: 2 meses de crianza activa sobre lías
  • Graduación: 12%
  • Fecha de cata: Cata a ciegas llevada a cabo el 26 de junio de 2023

Información de interés: Las parcelas con las que se elabora este vino, han estado abandonadas durante tres años. La familia Martínez Palmero apostando por ellas invirtió otros tres años más en recuperarlas y llevarlas a su producción actual. Producciones por cepa inferiores a 2 kg.


Apreciación: Mantiene inalterable el fresco y delicado diseño de la etiqueta que nos transmite fragantes y frescas sensaciones.

El vino tiene color amarillo limón con reflejos verdosos, limpio y brillante.

Nariz de intensidad media y eminentemente frutal: fruta amarilla (ciruela y melocotón), fruta blanca (pera y toques de melón) y fruta tropical (piña). Seguidamente afloran las flores blancas y frescas notas herbáceas.

La aireación produce una mayor concentración aromática, con la esencia de olivas verdes, una bollería sutil y elegante y sobre todo, una mineralidad de suelo blanco, casi de albariza. Muy fragante y perfumado.

En boca se muestra amplio, con el fresco dulzor de la fruta, la salinidad y la grasa de los frutos secos, y toques minerales.

Sabroso, con buena acidez, largo, equilibrado y persistente.

Valoración global y recomendación de consumo

El Flor de Ahillas Blanco 2022 es un vino fácil de beber y con clara vocación de evolución, pues está dando sus primeros pasos y apunta muy buenas maneras. Nos ha gustado mucho su carácter mediterráneo.

Al ser un vino delicado y fragante pero con estructura y potencia, permite muchos juegos gastronómicos. Puedes empezar comida con él con entremeses, ahumados y canapés, continuar con sopas de ave, cremas y verduras (cocidas, a la plancha, en menestra), disfrutarlo con pescado (blanco y azul, al horno o brasa) y terminar con carnes blancas y de granja. Muy completo.

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© Mara Funes Rivas – Julio 2023


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