A mi Aire Ancestral de Cabernet Sauvignon: nariz limpia y compleja, boca bonita, equilibrada y sugerente ¡Edición muy limitada!

Información de interés: Con este vino Vicente Flors ha querido rendir homenaje a los
antepasados de la comarca de l’Alcalatent, elaborándolo como lo hacían ellos, siguiendo sus tradiciones vitivinícolas.


Apreciación: El diseño de la etiqueta combina trazos simples con colores rosados sobre un fondo limpio cuyo conjunto transmite sensación de alegría y disfrute.

El vino tiene color salmón pálido que se desliza en degradado de arriba abajo, muy limpio y brillante y con burbuja escasa a la vista.

El primer contacto en nariz es muy frutal, combinando la uva de mesa con la fruta roja tanto fresca y silvestre: grosellas, frambuesas, como en sazón: fresas maduras, asomando también las cerezas en licor. Se disfruta de aromas golosos de mosto y la alegría floral de las rosas y las flores de hibiscus, sobre fondo seco y herbáceo.

Afloran toques cálidos y vinosos, esencia de lías y la dulzura contenida de la miel que posteriormente se expande en forma de caramelo de fresa y nata, y yogurt de vainilla, refrescada por la chispa cítrica de la piel de naranja. Nariz limpia y compleja a la que se incorporan toques de raíz, recuerdos de suelo y sensación orgánica con notas oxidativas.

Boca bonita de fruta roja intensa, con jugosa y rica acidez, y peso de fruta (frutillos rojos), en armonía con notas herbáceas. Se aviva con el brío de las especias (pimentón, pimienta) y la seriedad del cuero fino, todo equilibrado sobre un fino punto de dulzor.

Al tacto destacan chispeantes burbujas elegantemente ensambladas con sutiles pinceladas grasas, el tanino presente y noble, perfectamente integrado, dejando al paso sensaciones minerales.

El postgusto es ligero sin perder el carbónico, se siente cremoso y envolvente; equilibrado, serio y fresco a la vez, es una boca de aire natural, sugerente y con raza.

Valoración global y recomendación de consumo

El A mi Aire Ancestral de Cabernet Sauvignon es sobre todo un buen vino, que combina su facilidad de trago con una gran frescura que anima a la segunda copa. Con esta elaboración Vicente Flors nos demuestra que puede llevar a cabo elaboraciones «alternativas» porque sabe lo que hace y cómo lo hace. Despierta nuestra curiosidad por su evolución.

Con un potencial gastronómico indudable, es ideal para acompañar toda la cocina mediterránea, de ambos lados: arroces, pastas, verduras, pescados, antipastos, aperitivos especiados (mezze), brochetas de pescado, pollo y carne a la brasa … pero no solo. Tanto la nariz como la boca exhiben una amplia versatilidad que lo hacen perfecto para acompañar la cocina exótica, desde la india a la japonesa pasando por la tailandesa y la indonesia, los chispeantes ceviches peruanos y la rica, especiada y colorida cocina centro-americana y mejicana.

© Mara Funes Rivas – Febrero 2024


Contenido Relacionado

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.