Valenciso es sin duda una de las grandes (en calidad que no en tamaño) bodegas riojanas elaboradoras de vino blanco, y protagonista destacada del resurgir de este vino en una zona que en las últimas décadas se había centrado en el vino tinto.
La acertada combinación de uvas de viura (en un 70%) y de garnacha blanca (en un 30%), y su fermentación en barricas de roble del Cáucaso donde permanece hasta abril del año siguiente, junto con un periodo de reposo en botella de al menos 24 meses, confieren a esta elaboración una finura aromática excepcional y una soberbia estructura en boca.
Todos estos factores unidos a una siempre excelente y equilibrada acidez, son las bases en las que se apoya para conseguir una proyección en el tiempo realmente inusual y que todavía tiene recorrido por delante.
Nosotros lo hemos puesto a prueba a lo largo de cuatro años y os dejamos a continuación el resultado:
Valenciso Blanco 2018

Catado en junio 2020
Corte clásico, espíritu moderno y con gran recorrido
La nariz se abre con prometedoras notas de suelo en forma de pólvora y tiza, seguidas inme-diatamente de fruta amarilla de hueso (ciruela, melocotón, albaricoque).
El limón aporta la chispa cítrica a un conjunto franco, fragante y muy aromático.
En boca es seco, untuoso, con estructura corpulenta y potente. Pero lo que quizás más sorprenda es su excelente acidez, maravillosamente integrada, que le otorga una deliciosa frescura.
Catado en marzo 2021
9 meses después: un gran vino que ya se veía venir
Tiene una nariz que busca tu atención con sutileza pero insistencia, nariz de fruta blanca y de hueso, que despliega flores blancas y ahumados.
La entrada en boca es potente y amplia, con la exquisita frescura de una excelente y equilibrada acidez, y sabor a frutos secos, heno y fruta blanca.
Aunque juega a ser un vino serio, las chispas de su travesura pugnan continuamente por hacerse con el protagonismo. Enamora su gran armonía de matices.
Catado en noviembre 2024
Muy complejo, con notas de evolución muy positivas
La nariz se abre franca, con notas orgánicas de fruta blanca asada a la que le sigue la acidez cítrica de la lima y la sutil elegancia de los pétalos blancos y las flores ajadas.
La franqueza de la nariz se mimetiza en la boca, con sabores a limón goloso, pera madura y frutos secos. El tacto y sabor a mantequilla salada no pesa porque mantiene una excelente acidez, perfectamente integrada. La madera está presente con sabrosas notas especiadas de comino, azafrán y cúrcuma
Conclusión:
Estamos ante un vino con un increíble potencial de guarda, de muy extenso recorrido, como ha quedado fehacientemente demostrado.
Fiel a la zona de la que proviene, de corte clásico pero con espíritu moderno, pasa por muchas fases de disfrute, destacando siempre la permanencia de la fruta, siempre presente.
Su potente estructura en boca le permite abrir exponencialmente el abanico de posibilidades posibilidades de maridaje, tan extensas como su potencial de evolución, incluyendo todo tipo de cocinas, nacionales y extranjeras, mariscos, carnes, pescados, plancha, horno, estofados ¡y hasta barbacoas!
Un vino muy especial, distinto, divertido, que te invita a a jugar, a averiguar… Por el que parece que no han pasado los años pero sí lo han hecho, porque esa capacidad de juego viene de la complejidad que gradualmente ha adquirido.
Un vino blanco con mayúsculas, o mejor dicho, un gran vino.
© Mara Funes Rivas – Enero 2025

Un comentario en “Valenciso Blanco 2018 V.G.C.: catado en 3 momentos diferentes a lo largo de 4 años ¡impresionante!”