
- Bodega: Altolandon
- Origen: Landete (Cuenca) – D.O. Manchuela
- Variedad: 100% Bobal
- Elaboración: La fermentación alcohólica se realiza de manera espontánea, sin adición de levaduras
- Crianza: El vino se cría durante 8 meses en barricas de roble francés de 225 y 300 litros. No se clarifica ni estabiliza en frío y permanece en botella otros 8 meses más antes de salir al mercado
- Graduación: 14%
- Fecha de cata: Cata a ciegas llevada a cabo el 3 de marzo de 2025
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Información de interés: La uva con la que se elabora el Rayuelo procede de viñedos específicos de terruños escogidos, con una edad media de más de 60 años y plantados a más de 1.000 metros de altitud
Apreciación: El diseño de la etiqueta de Rayuelo ya es una imagen icónica de la bodega que se ha mantenido inmutable al menos desde que nosotros lo conocemos. Combina fuerza y sencillez de manera limpia y elegante.
El vino tiene color rojo picota muy limpio y brillante.
La nariz se abre muy frutal, madura y compotada en la que destacan las moras y las pasas. La sensación aterciopelada y envolvente viene de la mano de las verduras asadas a la brasa: berenjenas y pimientos, que también aportan notas ahumadas.
Balsámicos de alta montaña, regaliz negro y esencia de almizcle aportan la frescura que equilibra el peso de la compota. Adquiere complejidad con el cacao en polvo, la pimienta negra, la pizarra y la turba. Una nariz oscura, elegante y muy fragante.
En boca entra con la amabilidad de la fresa madura, el cacao y una ligera pasificación de la uva que no empalaga puesto que está arropada por una capa de mineralidad. De paso ligero pero amplia estructura, su tanino aterciopelado le da carnosidad y peso.
Es elegante, sabroso y persistente, con una calidez que no incomoda y una cierta oscuridad en el mejor sentido del término.
Valoración global y recomendación de consumo
El Rayuelo 2016 demostró estar en excelente estado de evolución, un vino con un gran carácter y personalidad que volvió a sorprender por la calidad de su materia prima, una bobal vieja y sabia que sabe envejecer y evolucionar con clase sin perder raza.
Este vino pide disfrute sosegado en compañía y con sobremesa. Lo recomendamos para ocasiones especiales y celebraciones, para esos momentos en que el gran asado es el protagonista de la mesa: el cordero, el cochinillo, solomillo, cabrito … Y los estofados de caza: jabalí, gamo, faisán, perdiz, especialmente si están aderezados con frutos secos y cerezas y uvas pasas.
También estará delicioso al final de la comida con una sabrosa tabla de quesos y chocolate negro.
© Mara Funes Rivas – Marzo 2025
