Si bien es cierto que cuando empezamos en el año 2018 estábamos convencidos de que había otra manera de comunicar el vino, más directa, más sincera, más escrupulosa pero equilibrando accesibilidad con rigor, también lo es que nunca habríamos apostado por un crecimiento tan exponencial.
No obstante -alegrías y celebraciones aparte- estos datos nos indican que había una necesidad de comunicación del vino, fresca, franca, directa, pero siempre real y que mantuviera un lazo inquebrantable entre productores y consumidores.
Parece que lo estamos consiguiendo…