Entrevista con Javier Murúa de Conde de los Andes: claridad, visión y serenidad en momentos de zozobra

➡️ En Rioja nos estamos amparando en la marca genérica para justificar la calidad de cada uno de los vinos pero nos estamos olvidando de la marca individual

➡️ Nosotros no necesitamos decir que el vino Conde de los Andes es el vino de esta viña. Conde de los Andes es muy bueno porque es Conde de los Andes y es así porque al final hay una provisión de 20 Ha de viñedo en 60 parcelas diferentes, parcelas que son 20 viñas con las que se busca elaborar un volumen de vino determinado consiguiendo esa personalidad. La calidad tiene que estar implícita en la marca

➡️ ¿Sacar el vino siempre como 5º año? Pues me da un poco de rabia porque a veces el 5º año no es el ideal, y el ideal es el 4º. Y tampoco quiero vincularme con el 3er año o un 5º año que es el patrón clásico de Rioja de antes, pues al final me hipoteca igual que un crianza o un reserva, casi, casi

➡️ En un proyecto a largo plazo el reconocimiento de una marca no se puede llevar a cabo en una cata y además, no es lo mismo juzgar un vino del que se elaboran 600 botellas que uno del que se elaboran 10.000 ¡600 botellas las hace bien cualquiera si le dedicas un poco de tiempo!

➡️ ¿Cuál es el patrón actual de compra? Hay muchos factores, desde la etiqueta hasta la elaboración eco, el hecho de que comunique cierto tipo de responsabilidad social o el estilo, que se dirija a segmentos que acaban de llegar al vino desde bebidas más suaves

Viajamos a la Rioja Alta y en el corazón de la vieja y pintoresca población de Ollauri, guardiana de la esencia de la más pura Rioja y muy cercana a las también emblemáticas Haro y Briones, nos adentramos por sus callejuelas para acabar frente a una preciosa fachada de piedra, la que esconde muy celosamente el secreto de Conde de los Andes.

Dentro nos espera Javier Murúa, responsable con el permiso de su padre, Julián Murúa, del grupo bodeguero Muriel Wines, y que ha hecho del proyecto de Conde de los Andes su joya más preciada.

En otro post nos recrearemos en la maravilla arquitectónica que nos rodeó durante nuestra charla pero hoy queremos profundizar en la visión de un gran conocedor del mundo del vino en general y del de Rioja en particular, desde la viña, hasta la mesa del consumidor.

Y como no podía ser de otra manera, la conversación se hizo fluida y entrañable gracias a la compañía de tres añadas de su Conde de los Andes Blanco: 2016, 2017 y 2018.

La importancia del reconocimiento de marca

¿Cómo ves las diferenciaciones/segmentaciones en las que se dividen los vinos de Rioja en la actualidad?

Nos estamos amparando en la marca genérica (Rioja) para justificar una oferta o para generar una demanda, pero a veces eso supone que nos olvidemos de la marca individual.

Lo que se dice y lo que se lee es que este Rioja está bien porque es un vino de parcela, o porque es un vino de municipio, o porque está en altura, o es ecológico, pero no se suele decir que este u otro rioja es bueno porque es de una marca concreta.

En nuestro caso, Conde de los Andes tiene un patrón marcado que con los años puede cambiar. Pero es bueno porque es Conde de los Andes y es así porque se ha conseguido una personalidad a largo plazo, en la que participan factores como una provisión de 20 Ha de viñedo en 60 parcelas diferentes, que permiten elaborar un vino de estilo determinado.

¿Y cuál es el fundamento sobre el que se sustenta la marca Conde de los Andes?

Pues el equilibrio entre micro-parcelas para crear una estabilidad, porque las zonas de producción para Conde de los Andes son de altura media y alta (alguna de baja como la malvasía) por lo que siempre buscamos compensaciones.

¿Qué papel juegan las guías y las puntuaciones en el reconocimiento de una marca?

En un proyecto a largo plazo el reconocimiento de una marca no se puede llevar a cabo en una sola cata:

El baremo de puntuación es un patrón muy fácil desde el punto de vista del consumidor para conocer una calidad determinada pero luego es un arma de doble filo, porque los vinos no se comportan de la misma manera en todas las situaciones. Además, no es lo mismo juzgar un vino del que se elaboran 600 botellas que uno del que se elaboran 10.000.

Y luego está el tema de las añadas. La 2018 por ejemplo fue un desastre y no es justo que juzguen tu vino por esa añada, lo haces lo mejor que puedes a no ser que te puedas permitir no hacer vino ese año. Por más que cuides el campo, hagas poda en verde, etc. ¿Y si cae piedra? ¿y si entra mildiu? El problema es que al final afecta a la reputación de la bodega.

Quedamos en que para el siguiente encuentro haríamos una vertical de tintos Conde de los Andes: 15-16-17-18-19 porque ha observado que en los tintos se ve con mucha mayor claridad las características climatológicas de la añada y por lo tanto las decisiones de crianza. Javier Murúa insiste en que no quieren un patrón fijo de tiempo de crianza o de formato de crianza: hay años que requieren poco tiempo en barrica nueva, otros barrica usada, o más tiempo.

Los equilibrios:

1. Las vinificaciones, las procedencias

Antes nos hablabas de equilibrios, de compensaciones. Explícanos lo que querías decir:

Hacemos vinificaciones separadas por variedades y por parcelas en la medida de lo posible. Tenemos diferentes capacidades de depósitos que también son de diferentes materiales: acero inoxidable, huevos, hormigón…

Lo que hemos visto con las diferentes vinificaciones por crianzas o parcelaciones es que salen vinos muy buenos y cuando lo juntas en un cupaje consigues el patrón final de Conde de los Andes.

2. La importancia de no apresurarse

En Rioja se le da mucha importancia a la cantidad de meses de crianza de un vino para colocarle una etiqueta ¿Cómo lo ves tú en relación con Conde de los Andes?

Le estuvimos dando vueltas al tema de si aplicar las categorías tradicionales o no. Al final, decidimos obviar el patrón clásico de envejecimiento porque se trata de una producción limitada cuyo protagonismo debe ser para la marca, y con una fuerte vinculación al factor añada, que tiene su personalidad. Eso es lo que tiene que prevalecer. Se trata de exprimir al máximo el potencial de cada añada.

Pasado, presente y futuro: tendencias y visión a largo plazo

¿Cómo os afectan -si lo hacen- los cambios de tendencias?

Hace un tiempo se alababan vinos con una concentración tremenda y ahora se huye de ellos. Opino que lo que no se puede hacer es criminalizar un estilo de vino. Todo está bien y todo es legítimo.

¿Cuál es el patrón actual de compra? Hay muchos, y dependen de muchos factores, contextos y situaciones. Por ejemplo, uno puede ser la etiqueta, que sea orgánico, o que comunique cierto tipo de responsabilidad social. O, para los que se inician en el vino, que el vino no sea muy estructurado, con un tanino suave, que sea fácil de beber.

¿Qué opinas de los diferentes canales de distribución?

Es importante que desde el sector productor se elija el canal de distribución desde el principio.

Si tú eres una bodega pequeñita en Ollauri no pretendas que tu canal sea 25 distribuidores en España, una gran superficie, etc. Si como clientes potenciales tienes a 3 tiendas en Madrid y 20 o 40 restaurantes, en Bilbao estás en una tienda y 10 restaurantes, en San Sebastián 10 restaurantes, 4 bares y te olvidas de las tiendas, entonces te acercas tú directamente a ellos y tienes una base de unos 50 clientes, más lo que se te quedan los particulares.

Después del trabajo que te exige la viña y la bodega, te dedicas a hacer labor comercial directamente y así te evitas el canal.

El modelo de negocio lo tienes que elegir antes, al principio.

El medio y largo plazo: Los Capítulos

Vuestra visión a largo plazo pero siempre anclada en el presente, os ha llevado a anticiparos a muchos cambios de tendencias ¿En qué estáis pensando ahora mismo con vistas al futuro no inmediato?

Estamos trabajando en las próximas ediciones de Los Capítulos que son vinos muy singulares. Queremos que cada capítulo sea especial porque cada vino lo es: uno no tiene nada de crianza, otro sólo tiene garnacha, otro capítulo porque es garnacha y tempranillo, otro porque es la viña más vieja que tenemos…

Es complemento a lo que existe y cada año cambiará.

Vamos haciendo vinificaciones diferentes, como por ejemplo en hormigón, y muy pequeñas, 100 botellas, 50 botellas. De cada una de ellas vamos guardando cositas para ver el resultado a largo plazo y decidir si nos lanzamos con un nuevo Capítulo.

En dos semanas embotellaremos la Garnacha 2018 y quiero sacar esta añada antes que la 2016, porque el 16 tiene muchísima acidez y todavía le queda mucho recorrido, y el 18 está más bebible ahora. No me importa sacar una añada posterior y seguir guardando una anterior, la 2ª edición de la garnacha saldrá antes que la 1ª. Esto es lo que quiero decir con buscar un resultado muy a largo plazo.


Conde de los Andes Blanco: tres añadas de un vino que no se olvida

Desde que probamos por primera vez vuestro Conde de los Andes Blanco hace ya 5 años, nos dimos cuenta de que era un vino muy especial, tenía alma…

No es un blanco de tapeo, de barra, es un blanco de larga crianza. Tampoco es un blanco para servir frío, a 10ºC. Hay que servirlo a 13-14ºC  y mantiene la acidez incluso si se toma a temperatura ambiente (18-20ºC).

Es un vino del que hacemos muy poca cantidad, 6.000-7.000 botellas y ahora mismo sólo está en el mercado el 16. El 17 y 18 no han salido todavía, aunque al igual que con el tinto, no tiene un patrón pre-establecido de tiempo de crianza. El 17 probablemente saldrá en octubre.

CONDE DE LOS ANDES BLANCO 2016

La añada 2016 fue en un primer momento incierta pero, las lluvias caídas en septiembre, entre los dos momentos de recogida, resultaron muy beneficiosas y permitieron rendimientos bastante altos.

Se vendimió tarde y se separaron las viñas viejas de las viñas jóvenesmás proporción de viña joven (del 1975) y menos proporción de viura vieja.

Nariz de tinto en cuanto a complejidad, sensación tánica integrada, no descompensada. Gran largura en boca

CONDE DE LOS ANDES BLANCO 2017

Todo viura joven (del 1975) está todo unido, no separamos, para potenciar la larga crianza

Tiene una acidez impresionante y algo más de grado que el 16. Gran complejidad y una gran potencia, una pequeña bomba. Mucho brío, mucha chispa.

CONDE DE LOS ANDES BLANCO 2018

Parece más inmediato y no tan longevo pero son vinos que engañan, parece más directo porque la madera está todavía muy presente. No tienen previsto sacarlo hasta octubre del 2021

Vinos muy maridables y polivalentes

Javier Murúa – Conde de los Andes

Y no creáis que aquí ha acabado la historia de Conde de los Andes.

Tenemos muchas más cosas que contaros, nuestra visita a una de las viñas, con un especial encanto. Nuestro recorrido por su entramado subterráneo de calados históricos, y nuestra última cata antes de despedirnos.

Estad pendientes…

© Mara Funes Rivas – Octubre 2020

Un comentario en “Entrevista con Javier Murúa de Conde de los Andes: claridad, visión y serenidad en momentos de zozobra

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.