➡️ Primer vino espumoso D.O.Ca. Rioja con la indicación geográfica de Viñedo Singular
➡️ Larga crianza en botella sobre sus lías durante 40 meses previo a su degüelle
➡️ Edición limitada a únicamente 2050 botellas

No pueden evitar ser pioneros
Cuando la búsqueda de la excelencia forma parte del ADN de una familia, es casi una obligación abrir nuevos caminos.
Ese espíritu inquieto reside en la sangre de la familia de Bodegas Valdemar desde hace cinco generaciones, el mismo espíritu que los llevó a crear el primer vino blanco fermentado en barrica de la Rioja: Finca Alto Cantabria 1989.
Y de nuevo lo han vuelto a hacer
Con la creación de un espumoso de calidad premium, impulsados por las especiales características de una pequeña parcela dentro de su viñedo Alto Cantabria, uno de los viñedos más emblemáticos para la familia Valdemar y también uno de los primeros en recibir la acreditación de la nueva indicación de Viñedo Singular por la D.O.Ca. Rioja.

El origen no es casualidad
Este viñedo histórico que pertenece a la familia Valdemar desde hace cinco generaciones, tiene unas particularidades geológicas muy especiales que los animó a convertirlo en un gran viñedo de Viura en los años 70, cuando la uva blanca aún era una rareza en Rioja.
La sobriedad de sus suelos calizos son de nuevo la base sobre la que se han apoyado para dar forma a un nuevo hito en la historia de los vinos riojanos, ya que para la creación de esta nueva referencia se seleccionó una pequeña parcela de este viñedo que por sus características resultaba idónea para la elaboración de un espumoso.

Gestación y nacimiento del Conde Valdemar Finca Alto Cantabria Gran Añada 2017: la serena belleza de la larga crianza
La joya de fruta que les regalaba esa pequeña parcela tan singular, se convierte en un vino base de tan alta calidad que les lleva a criarlo sobre sus lías finas durante 8 meses, parte en depósitos de acero inoxidable y parte en barricas de roble francés nuevo de 225 litros.
Una vez embotellado, la sabiduría del tiempo detenido en los pupitres de la bodega, moldea su belleza natural durante una larguísima crianza de 40 meses junto a sus lías.
Ahora despierta y llega a tus manos en un elegante estuche de madera

Pinceladas de cata
En nariz presenta aromas de gran intensidad que recuerdan a frutas, flores blancas y minerales que evocan el origen calizo de su suelo de procedencia.
Un suelo que tiene mucho que ver también con el punto salino que muestra en boca, realzando su frescura y complementándose con una cremosa burbuja y matices de pastelería fina.
Declaración de intenciones
Este vino viene a confirmar la intención de Bodegas Valdemar de continuar creciendo y añadiendo a su portfolio vinos singulares, innovadores y de alta calidad.
Y demuestra su capacidad para conseguirlo apoyándose en una extraordinaria materia prima que se alía con el cariño, dedicación y excelencia de un equipo que 133 años después de su fundación, se mantiene «siempre pionero»

© Mara Funes Rivas – Febrero 2022