O Cabalín: Homenaje de Luis a Teresa a través de la tierra de Valdeorras

➡️ Recuerdo cuando Teresa me habla de O Cabalín, me lleva al lugar por primera vez y allí surgió el flechazo «De aquí tenemos que hacer vino»

➡️ Es una búsqueda personal, tanto de Teresa como mía, de algo diferente, a pequeña escala, casi artesanal, de vinos poco intervenidos, donde la viña y el terruño sean los principales protagonistas, vinos que reflejen un paisaje, un entorno y sobre todo, vinos para beber

➡️ La vida y la naturaleza no dejan de sorprender a poco que tengas cierta capacidad de observación, es realmente gratificante y emotivo, a pesar de la dureza del trabajo. Cuando recuperas una planta que creías muerta, lo compensa todo

➡️ En nuestro proyecto, lo más importante, es la viña muy vieja, el suelo de pizarra sobre el que se asienta y la riqueza de variedades. En este contexto el factor humano queda reducido a interpretar como viene la añada

➡️ Para unos viticultores comprometidos con el significado de la palabra viticultura, es muy difícil sustraerse o inhibirse, ante un paisaje salpicado de viñas, con una extensión cada vez más reducida en medio de un mar de abandono, que no deja de crecer

➡️ Decididamente queremos hacer vinos que inviten al optimismo, que apasionen, que vayan directamente a los sentidos, honestos, finos y con personalidad propia

La autenticidad de un paraje, vinos que traspasan moldes y fronteras

ÚLTIMAS AÑADAS

De aquí nacieron

Teresa López en plena vendimia en O Cabalín

Teresa López es el núcleo, el germen, el principio y el fin de O Cabalín. Luis Peique es quien ha servido de canalizador y obrador de su sueño, y además, quien nos lo cuenta.

Este post va de Luis y Teresa, de lo que soñaron y de lo que han creado, así habla él de ella:

No deja de sorprenderme, día tras día, su capacidad de adaptarse e involucrarse desde la viticultura -que es lo que más le gusta- hasta el final del proceso, cuando el vino sale al mercado. Todas las decisiones son conjuntas

O Cabalín

O Cabalín es un paraje situado en la comarca de Valdeorras, en la provincia de Orense:

Es una ladera muy inclinada, situada en un valle en V, a una altitud de entre 560 a 600 m

Orientada al sur, con suelos de pizarra poco profundos, en la tradición oral y en la memoria vitícola de Valdeorras, tiene fama de producir vinos de mucha calidad:

La presencia de una abadía del S. XV en la zona, junto con la explotación aurífera romana de Las Médulas, es un indicador de que existe una tradición histórica del cultivo de la vid.


La familia de Teresa procede de la zona y para ella es la tierra en que nació, donde tiene sus raíces, por lo que existe una fuerte relación de afectividad emocional. Sus raíces familiares proceden de la zona, allí vivieron sus antepasados y ella misma hasta una edad temprana

Recuerdo cuando Teresa me habla de O Cabalín, me lleva al lugar por primera vez y allí surgió el flechazo: el paisaje, la antigüedad de las viñas, los suelos, la disposición, la tradición …De aquí tenemos que hacer vino.

Las parcelas se encuentran en el municipio de Carballeda de Valdeorras, en el término de tres pedanías (Viladequinta, El Robledo, Carballeda) que aquí se denominan parroquias. El cultivo de la vid era algo característico de la zona.

En una economía rural de auto-subsistencia, tener viñedo suponía ingresos extraordinarios en numerario, a través de la venta de vino a los habitantes de otras aldeas donde la viticultura no era posible. No hay que olvidar que estamos en un paisaje de montaña.

Tener una viña o más era un símbolo de estatus.

En los años 60 de S.XX se produce el boom de la explotación de la pizarra que transforma radicalmente el modo de vida tradicional de las gentes de toda Valdeorras en general y de la zona dónde estamos en particular. 

Recuperación de parcelas

Poco a poco la gente va abandonando el cultivo de la vid, sobre todo donde el cultivo de ésta entrañaba mayor dificultad por la orografía del territorio y también por factores de carácter social. De ahí esa sensación de congelación del tiempo

Tras la verbalización del deseo hay que llevarlo a la práctica

Teresa estudió derecho y se dedicó al mundo de la empresa, concretamente al campo de la explotación de pizarra. Su padre fue de los pioneros en la zona en explotar este recurso natural, que es el principal activo de la economía local.

El motor detrás de O Cabalín es sobre todo Teresa, sin su entusiasmo, su capacidad de trabajo, dedicación, su compromiso y sobre todo sus ganas de aprender, el proyecto que poco poco va tomando forma no hubiese sido posible.

A Luis Peique se le conoce en su Bierzo natal como «El Maestro» porque es profesor de Historia de Educacion Secundaria y en la UNED. Pero siempre ha estado vinculado a la viña, cuidando las cepas de sus antepasados en Valtuille de Abajo que son la base de la bodega familiar Peique.

Es una búsqueda personal, tanto de Teresa como mía, de algo diferente, a pequeña escala, casi artesanal, de vinos poco intervenidos, donde la viña y el terruño sean los principales protagonistas, vinos que reflejen un paisaje, un entorno y sobre todo, vinos para beber

Suelos de pizarra

Creo que en el fondo siempre quisimos dar este paso aunque no fuéramos conscientes de ello. Pienso que es algo sobre lo que vas tomando conciencia con el poso que deja el transcurso del tiempo.

La idea del proyecto surge, poco a poco, como algo natural, una inquietud que se da en conversaciones con amigos. Los principales promotores son Teresa y Luis, por ese orden según el propio Luis, aunque desde el comienzo han contado con la ayuda y apoyo inestimable de sus amigos:

Este camino que comenzamos a recorrer en el 2015, no hubiera sido posible sin el inestimable apoyo y amistad de Enrique, Julia, Hugh, Raúl, Jorge, Carlos, Miguel, Stanislav y David. Tengo la necesidad de escribir sus nombres.

De un deseo a adquirir y trabajar las viñas

Empezaron comprando parcelas en la aldea de Viladequinta (cara sur) en el paraje O Cabalín en el 2015:

Hicimos dos añadas de pruebas en 2015 y 2016, con microvinificaciones, de las que resultaron en total entre 700 y 1200 botellas por añada.

El resultado les convenció y en 2017 decidieron adquirir más viñedo y elaborar en la bodega* de un amigo dentro de la DO Valdeorras. Pero un año antes, en el 2016 habían comprado viña al otro lado del valle, orientación NE y a una altitud de entre 620 a 750 mts.

Elaboramos tres barricas de este lado del valle en 2018 y la verdad es que promete mucho.

Viticultura en ecológico. Cepas de Godello de más de 90 años

Para Teresa es muy importante revitalizar, redescubrir lo que hacían sus antepasados. Siempre ha puesto especial énfasis en recuperar parcelas que pertenecieron a su familia, aunque los propietarios actuales sean distintos. Los comentarios de sus padres o de sus abuelos desde que era niña, sobre el vino resultado de una parcela u otra, para ella son de vital importancia y lo tiene siempre muy presente a la hora de decidir qué comprar y dónde.

En cuanto a mí, Valdeorras es la tierra a la que me unen, desde hace mucho tiempo, vínculos sentimentales, emocionales y profesionales. Un lugar por descubrir, con mucho encanto y variedad paisajística. Decididamente, la zona donde se encuentran las viñas, tiene magia, me hechiza.

Procuran convivir en equilibrio y con un profundo respeto con el medio natural en el que se encuentran las parcelas. En ellas y su entorno abunda, sobre todo, lavanda, hinojo, romero, orégano, jara, brezo, madreselva…

También coexistimos con robles, encinas, madroños, acebos, castaños y en menor medida pino. Nuestra intervención, más agresiva se reduce a trabajos de desbrozado, dos o tres veces al año, siempre en el interior de las distintas parcelas. Trabajamos en ecológico, este concepto es uno de los pilares del proyecto.

El entorno hechiza, respira magia:

Escuchar el rumor del discurrir del agua del río que serpentea por el fondo del valle mientras estas realizando cualquier trabajo en la viña, o el trinar de los pájaros en primavera, es sencillamente, un regalo para los sentidos.


La recuperación del cultivo

De las 32 parcelas que han adquirido, un 40% estaban en un estado de semi-abandono (dos años sin cultivar), un 5% en cultivo y un 55% en abandono (entre 4 y 8 años sin trabajar).

La labor de recuperación empieza comprobando el estado de las plantas, cuántas están todavía vivas, cuántas posiblemente muertas y cuántas faltas:

Para adquirir la parcela, lo anterior, no es determinante, ya que si nos gusta la orientación u otros rasgos concretos la adquirimos igual. Hemos comprado parcelas con tan sólo un 20% de plantas vivas.

Una vez adquirida la parcela, empiezan las tareas de desbroce, un trabajo muy duro. A continuación se podan las plantas y se realiza un abonado con compost vegetal planta por planta, para que coja fuerza y brote por dónde pueda:

Si hay brote nuevo, hay vida y ahí puedes podar para el año siguiente. Si todo va bien, en tres años, tienes donde realizar una labor de poda normal y la primera vendimia de una planta de 90 o 100 años.

La vida y la naturaleza no dejan de sorprender a poco que tengas cierta capacidad de observación, es realmente gratificante y emotivo, a pesar de la dureza del trabajo. Cuando recuperas una planta que creías muerta, lo compensa todo.

En este momento tenemos tres Ha. divididas en 32 parcelas. La atomización de la propiedad y la intensa división parcelaria es un rasgo característico en esta zona, dónde uno tiene la impresión de que no ha pasado el tiempo

Todo el viñedo es en propiedad y todos los años transcurridos desde el 2015 han incorporado alguna viña nueva.

En viticultura se está en un proceso de aprendizaje continuo, todas las añadas te plantean retos diferentes. En nuestro proyecto, lo más importante, es la viña muy vieja, el suelo de pizarra sobre el que se asienta y la riqueza de variedades que encuentras en una misma parcela, por pequeña que esta sea. En este contexto el factor humano queda reducido a interpretar como viene la añada  y elaborar con el máximo respeto por la naturaleza.

De elaborar de prestado a construir su propia bodega

Los comienzos son siempre difíciles y cuando se dispone de pocos medio más. En este caso sin la ayuda material y moral,  prestada por amigos, todo hubiera sido mucho más complicado:

*Nunca le estaremos lo suficientemente agradecidos a Enrique y Julia, por permitirnos elaborar nuestros primeros vinos en su bodega

A finales de 2018 adquieren una pequeña bodega en la localidad de Villamartín de Valdeorras. Es un edificio antiguo que ya había sido bodega, construido con materiales tradicionales de la zona, piedra, madera y pizarra:

Desde el mes de julio estamos con obras de restauración y en diciembre del año en curso (2019) parte de las obras estarán finalizadas (zona de elaboración y crianza), con lo cual ya podremos trasladar el vino de esta vendimia a las nuevas instalaciones

Los vinos de la viña a la botella

Su forma de elaborar es un 90% tradicional y 10% técnica. Quieren que el vino tenga identidad propia por lo que no utilizan levaduras, ni otros aditivos, que refleje el paisaje y el suelo en el que se encuentran las viñas:

Siempre procuramos la mínima intervención posible, desde la viña hasta la botella. La mayoría de las decisiones, en el proceso de elaboración, se toman a través de la cata, desde la uva a la botella.

Para nosotros es fundamental el aspecto sensitivo y emocional que despierta el vino. De algún modo intentamos empatizar con el potencial consumidor: vinos para beber y disfrutar

En la añada 2017 elaboran dos vinos, un blanco de godello fermentado y criado en barrica, A Espedrada, y un tinto plurivarietal, O Cabalín: mencía, garnacha tintorera, brancellao, merenzao, souson…, ambos del mismo paraje: O Cabalín.

En 2018 a los dos anteriores, incorporamos un tinto de otro paraje que está del otro lado del valle con una orientación noreste y mayor altitud. Todavía no esta embotellado, lo hemos sacado de barrica hace tres semanas y promete mucho.

Todos los vinos fermentan y crían en barricas de 500l de roble francés, tan sólo utilizan el formato de 225l para algunas parcelas que elaboran por separado.

En el caso del blanco, tras despalillar y macerar con los hollejos, entra en barricas de 500l donde fermenta sin control de temperatura, y posteriormente cría con las lías finas, durante 12 meses.

En los tintos pisan un 50% de la uva con raspón y el otro 50% es despalillado, con un estrujado parcial, en barricas de 500l, donde fermenta. Realiza una crianza de 14 meses en esas mismas barricas donde a su vez, realiza la fermentación maloláctica:

Tan sólo usamos control de temperatura durante la maceración del blanco con los hollejos, a partir de ahí no lo usamos con ningún vino. Madrugamos mucho para vendimiar e intentar que la uva entre lo más fresca posible.

Asentamiento y expansión del proyecto vitivinícola

No se van a quedar aquí, porque no pueden, porque el entorno les empuja. Tienen pensado crecer un poco más:

Es difícil decir que no a la posible adquisición de una nueva parcela. Cuando convives en armonía y equilibrio con un entorno paisajístico tan espectacular y el respeto por él es máximo, es casi una obligación moral, evitar la pérdida de una viña centenaria.

Para unos viticultores comprometidos con el significado de la palabra viticultura, es muy difícil sustraerse o inhibirse, ante un paisaje salpicado de viñas, con una extensión cada vez más reducida en medio de un mar de abandono, que no deja de crecer

Por otro lado, los suelos poco profundos de pizarra son pobres, si a esto añadimos la antigüedad de las plantas, el resultado son unos rendimientos por unidad de superficie muy bajos

Entre 3.000, y 4.000 kg/ha. De todas formas el posible crecimiento estará condicionado por un tope máximo de 20000 botellas y por lo que pueda escaparse a nuestro control directo.

Pero sus planes no están únicamente enfocados en crecer en volumen sino en crecer en diversidad de elaboraciones

Cuando estemos un poco asentados comenzaremos a elaborar vinos de parcelas muy concretas. La idea es hacer primero una separación entre cara sur y cara NE del valle y a partir de ahí, elaborar Vinos de Pueblo o Aldea (mezcla de parajes diferentes), Vinos de Paraje (mezcla de parcelas de un mismo paraje) y Vinos de Parcela (vinos de una parcela concreta de un paraje determinado).


Le pedimos a Luis un último apunte a modo de resumen de este hermoso proyecto, conclusión de este apasionante post y apuesta de futuro:

Éste es un proyecto basado en el optimismo, en la ilusión, en la pasión y sobre todo creemos en él, por tanto, el futuro lo vemos como tal.

Sus prioridades están en adquirir un poco más de viña, terminar la bodega y consolidarse en el mercado como referencia de la zona:

Decididamente queremos hacer vinos que inviten al optimismo, que apasionen, que vayan directamente a los sentidos, honestos, finos y con personalidad propia

¿Se puede decir algo más?

©Mara Funes Rivas – Inicialmente publicado en Diciembre 2019 – Actualizado en Diciembre 2021

3 comentarios en “O Cabalín: Homenaje de Luis a Teresa a través de la tierra de Valdeorras

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