➡️ Estudio, pregunto, observo y aprendo, porque lo que de verdad quiero es dedicar mi tiempo a lo que me apasiona: el campo y la viticultura. Igualmente importantes son los conocimientos adquiridos por mi herencia y tradición desde pequeña, en un mundo de viticultor gracias a mi familia
➡️ Fuimos la primera bodega en la D.O. Rías Baixas que llevó el sello de Vino Ecológico otorgado por la Unión Europea, en conformidad con la normativa europea para considerar un vino como ecológico
➡️ Nosotros no utilizamos productos químicos ni tóxicos, no usamos insecticidas, herbicidas ni nada que termine en …cida que significa muerte
➡️ No tenemos nunca un perfil de vino previo. Somos del convencimiento absoluto de que el vino sale de la tierra, así que el vino de cada año depende de como haya entrado la uva en esa campaña

Natalia Rodríguez, abogada de formación y profesión a quien su padre contagió la pasión por la viticultura y el vino, nos acompaña en este viaje de 40 años, iniciado con la plantación de cepas de albariño en una finca del Condado de Tea, lindando con la zubzona del Rosal.
La fundación de la bodega actual tiene lugar en el año 2009, coincidiendo con el lanzamiento de su primer vino, y han seguido, añada tras añada, hasta la incorporación del último vástago en el año 2019.
Volvamos a los años 80
El padre de Natalia compra 2 Ha de terreno en el que había un viñedo antiguo que producía uva de mesa:
Esta finca se había dedicado de siempre al cultivo de la vid, desde tiempos muy antiguos.

En el año 1980 la replanta con variedad albariño y durante esa década vendió la uva a las bodegas más grandes, como era lo habitual en aquella época pero guardando siempre la mejor parte para el consumo particular de familia y amigos:
El vino se elaboraba en la antigua y pequeña bodega que teníamos debajo de la casa.
Natalia da un giro de rumbo a su vida
Casi 30 años después de la plantación llevada a cabo por su padre, en el año 2009 Natalia -que había vivido la plantación, el crecimiento y desarrollo de las cepas y los primeros vinos elaborados en la familia- decide dejar su profesión de abogada y fijar su vida permanentemente en el campo:
Quería ser agricultora, viticultora y bodeguera. No deseaba continuar con la profesión que había estudiado, así que me empapo de todo los conocimientos e inquietudes que realmente me interesan.
Estudio, pregunto, observo y aprendo porque lo que de verdad quiero es dedicar mi tiempo a lo que me apasiona: el campo y la viticultura.
Natalia y su padre comparten el objetivo de reflejar su tradición familiar, su legado, su entorno y en definitiva, sus creencias:
Todo aquello que teníamos a nuestro alrededor, que nos apasionaba e inspiraba y que queríamos compartir.
Asimismo, compartían la preocupación por fomentar una alimentación sana y saludable, y cultivar de una manera responsable y sostenible con el medio ambiente.
Somos la segunda generación de la familia, que se ha preocupado por recuperar nuestro eco-terroir propio.

Conozcamos la viña mientras charlamos con Natalia
Sus viñedos se encuentran situados en un valle térmico, en las riberas del Río Miño entre Tuy y Salceda de Caselas, en la subzona del Condado del Tea de la denominación de origen Rías Baixas.
A unos 200m por encima del nivel del mar, y rodeado de montañas que los protegen, los suelos son de substratos graníticos, modelados por un suave clima atlántico. Una situación inmejorable, protegidos de grandes cambios de temperatura gracias al microclima de estas tierras:
Nuestro proyecto se fue gestando poco a poco, con la idea de elaborar un vino de calidad y asimismo saludable. Así pretendíamos la integración del cultivo con el medio que lo rodea.
Tanto el primer viñedo que plantaron hace 40 años, como las más recientes adquisiciones de 15 años de edad, están certificados en agricultura ecológica:
La primera certificación la solicité en el año 2006, y tuve que esperar tres años de conversión a la agricultura ecológica para poder obtener el vino como certificado en ecológico, así que fue en el año 2009 cuando adquirí la certificación de vino ecológico.

Fuimos la primera bodega en la D.O. Rías Baixas que llevó el sello de Vino Ecológico otorgado por la Unión Europea, en conformidad con la normativa europea para considerar un vino como ecológico.
Finalmente, y con bastante dificultad, en una zona como ésta donde existen sólo pequeñas parcelas, consiguieron juntar una extensión propia de 5 hectáreas, donde llevan a cabo labores de viticultura diaria con atención y esmero pero sobre todo, con mucho cariño. Fruto de todo ello surgirá la albariña ecológica con la que elaboran los vinos Corisca.
Dado que tú te formaste como abogada ¿cómo realizas la transición hacia viñadora?
Tras mi decisión de volver al mundo de la viticultura, me he formado tanto en seminarios como en diversos cursos de viticultura y agricultura ecológica. Pero igualmente importantes son los conocimientos adquiridos por mi herencia y tradición desde pequeña, en un mundo de viticultor gracias a mi familia.

Cuéntame cómo cuidáis la viña, en qué se concreta la viticultura que realizáis:
Nosotros no utilizamos productos químicos ni tóxicos, no usamos insecticidas, herbicidas ni nada que termine con el sufijo cida que significa muerte. Todos nuestros productos son de contacto, es decir, no le entran a la planta por la raíz, no alimentamos a la planta ni la protegemos con nada que se le introduzca en la savia.
Los productos de contacto son externos, lo que conlleva que, a mayores, con el agua se eliminen. Esto nos lleva a trabajar de una manera muy personalizada con el viñedo, teniendo vigilancia directa y constante sobre el mismo, para actuar en el momento que sea preciso.
Se acerca el momento de la vendimia y pensamos en los vinos
¿Cómo decidís la fecha de la vendimia y cómo la lleváis a cabo?
Vamos haciendo controles en el viñedo, y viendo tanto el grado que van adquiriendo como la acidez, continuamente controlando las previsiones del tiempo. Así, con todas esas coordenadas (condiciones de la uva y climatología) decidimos el día que empezamos.
La vendimia la hacemos de forma manual y en cajas, y se prolonga durante más o menos 4 días. Esos días somos unas 10 personas trabajando.

Comenzamos muy temprano y terminamos a las seis de la tarde, para después meternos en bodega a prensar lo que hemos recogido en el día. Son días duros e intensos de trabajo.
A la hora de elaborar ¿cuáles son vuestros objetivos? ¿reflejar lo que ha venido de la tierra o por el contrario ya tenéis el perfil del vino previamente definido y adaptáis la cosecha a él?
No tenemos nunca un perfil. Somos del convencimiento absoluto de que el vino sale de la tierra, así que el vino depende cada año de como haya entrado la uva en esa campaña.
Cuando empezamos con la creación de la bodega apostamos por tener tecnología que nos hiciera sacar el mejor jugo de nuestras uvas para poder extraer lo mejor de ellas: prensa neumática para hacer que la uva sufriera menos en el proceso de extracción de su jugo, que no la rompiera sino que la exprimiera; equipo de frío que nos permita controlar que el vino no tenga picos diferentes de temperatura y por lo tanto fermentaciones espontáneas que puedan producir oxidaciones anticipadas; bombas de succión que no golpeen el vino al hacer los trasiegos sino que simplemente lo muevan suavemente…
La tecnología me parece importante, pero lo que me parece esencial es la higiene en la elaboración, a lo largo de todo el proceso.

Lías y barrica: crianza que potencie pero no maquille
¿Cuáles son, en vuestra opinión, los pros y los contras de cada uno de estos tipos de crianza?
Yo no era muy proclive a usar barrica en los albariños, tenía mi idea de vinos afrutados y frescos, pero la verdad es que me convencieron para que probara, así lo hice y me encantó el resultado. Creo que la barrica -bien usada- le proporciona a nuestra variedad un mayor recorrido en boca, una mayor estructura y cuerpo, la redondea mucho.
Pero ojo, porque no debemos perder nuestra frescura y nuestros matices florales y frutales que tanto nos definen y que también nos hacen tan especiales. La barrica debe potenciar y alzar nuestras virtudes, no ocultarlas o maquillarlas.
Las lías sí me parecen esenciales en nuestros vinos. Los albariños con lías ganan inmensamente en boca, los hacen más golosos, potencian todas sus virtudes y sobre todo, los hace longevos en el tiempo. Con ellas consigues que el vino esté vivo dentro de la botella, que lo puedas ver evolucionar con el tiempo. Quería hacer vinos que pudiera degustar en diferentes años y apreciar como maduraban.

Los niños: Corisca y Finca Muiño
¿Cuál fue vuestro primer vino?

Corisca
Nuestro primer vino salió en 2009.
Unía la viña de las dos parcelas que tenemos: la familiar que se llama Corisca, y la que compramos posteriormente que se llama Malladoura.
Realiza una corta crianza de 3 meses sobre lías
CORISCA 2019
CORISCA 2017
¿Cuándo lanzasteis el segundo y por qué?
El segundo tardamos en lanzarlo, fue en 2017. Primero queríamos asentarnos en el mercado un poco, antes de sacar un segundo producto.

Finca Muiño
Ya nos sentíamos más maduros, y este vino reflejaba ese recorrido, la seguridad que nos había dado el tiempo transcurrido creando nuestro proyecto.
Corisca Finca Muiño, es el vino de la finca más antigua de la familia, del origen del proyecto.
Se cría junto a sus lías durante 12 meses
FINCA MUIÑO 2019
FINCA MUIÑO 2017
¿Cómo definirías vuestros vinos?
Reconozco que me cuesta definir mis vinos, porque son como tus creaciones y al hacerlos con mucho amor es difícil verlos desde la distancia. Es como cuando te piden que definas a tus hijos, para mí mis dos hijos son maravillosos.
Pero si tuviera que ponerles algunos calificativos, los definiría como vinos francos y honestos, vinos sin tapujos, frescos y afrutados pero con carácter y estructura.
Natalia la mujer orquesta, o casi…
¿Quién está detrás de la bodega en la actualidad?
La bodega en un principio se formó con mis padres y mi hermana y yo, por un motivo de herencia respecto a la finca familiar. Pero en la actualidad mi hermana ha dejado el proyecto puesto que por motivos familiares ha tenido que irse a vivir fuera y no puede estar en viñedo ni bodega.
Así que quien lleva toda la bodega y las viñas soy yo. Mi padre, que es ya bastante mayor, me sigue ayudando con la vigilancia en el viñedo y siempre escucho sus consejos.

Tengo a otra persona trabajando conmigo que también ha realizado un ciclo de agricultura ecológica. Ambas nos encargamos tanto de los trabajos en el campo como de las labores de bodega: hacer los trasiegos cuando toca, las podas en verde, el atado, la poda, la crianza en lías…
Y contratamos ayuda para el momento de la vendimia.
No tenemos un trabajo específico cada uno, sino que los ciclos y tiempos del campo y la bodega nos van marcando los trabajos que realizar y los hacemos ambos.
La labor comercial sí que la realizo yo exclusivamente, muchas de mis experiencias profesionales y anécdotas vienen de por ahí… de como me costó que la gente entendiera lo que hacía…
Bodega de puertas abiertas
¿Qué importancia le otorgáis al enoturismo y por qué?
Abrimos nuestras puertas a todo el que quiera conocernos.
El enoturismo siempre estuvo presente desde el inicio del proyecto, qué mejor oportunidad de que conozcan tus vinos que en el lugar donde nacen, de mostrarles donde sale el vino que están tomando, lo que hay detrás de él: el trabajo y las personas.
Nosotros somos afortunados porque tenemos nuestros propios viñedos y nuestra bodega, en un lugar rodeado de bosques y naturaleza.
Así que poder enseñar esto me parece un lujo, y conversar con las visitas me resulta muy enriquecedor.
Pues ahí queda la invitación y por si acaso necesitárais de más convencimiento, mirad qué hermosura os espera:

© Mara Funes Rivas – Publicado inicialmente en mayo 2020 – Actualizado en Mayo 2021
Un comentario en “Bodegas Corisca: conservar la naturaleza y cultivar con ella, no contra ella”