Sendero del Pino 2016: vino ecológico que transmite su origen

• Bodega: Bodegas García Serrano
• D.O./Origen: Tierra de Pinares (Segovia) – V.T. Castilla y León
• Variedad/es: 100% Tempranillo
• Elaboración: En depósitos abiertos de acero inoxidable
• Crianza: Crianza de aproximadamente 6 meses en barricas de roble europeo. Reposo mínimo de 6 meses en botella antes de su comercialización
• Graduación: 13,5º
• Fecha de cata: 15 de abril de 2020

Información de interés: Este vino se elabora con uvas que proceden de cultivo ecológico certificado por la UE, culminación de la labor de recuperación del viñedo familiar que la familia García Serrano inicia en el año 1999.

Apreciación: El diseño de la etiqueta está muy bien pensado para que el nombre del vino destaque y al mismo tiempo, se transmita un mensaje de sencillez, franqueza y apuesta por lo natural mediante su simplicidad cromática y el toque floral.

El vino tiene color rojo cereza y capa media, en el que todavía predominan las tonalidades granates.

Intensa fruta roja es la que nos saluda en el primer contacto olfativo: carnosas cerezas aderezadas con toques de pino.

Con movimiento empiezan a asomar notas especiadas ligeramente picantes de pimienta rosa y sutilmente dulces de anís estrellado. La hoja de tabaco y unas ligeras pinceladas férricas, lo dotan de seriedad y sobriedad.

En boca la entrada es muy fresca y frutal, que en un primer momento esconde el poderío de su tanino y que finalmente se ve desvelado justo al final del recorrido, antes de deslizarse por la garganta.

Los sabores van en paralelo con los aromas, siendo protagonistas la fruta roja pero quizás en boca predominen las frambuesas y los arándanos rojos sobre las cerezas, y la esencia de pino se sustituya por el sabor de hierbas aromáticas como el romero y el tomillo.

Su buena estructura está envuelta de un tacto muy fresco proporcionado por una alta acidez, impecablemente integrada.

Valoración global y recomendación de consumo: El vino Sendero del Pino 2016 conjuga la nobleza de su tanino con el brío y la viveza de su acidez, lo que nos da pistas suficientes para considerar que a pesar de su corto paso por barrica, a este vino le queda mucha lata que dar.

Es un vino que nos pide embutidos y chacinas, quesos curados y semi-curados, guisos de legumbres y menestras, y sobre todo, buenas carnes rojas sin demasiada cocción: plancha, parrilla y barbacoas.

Sin duda, un vino de su tierra.

©Mara Funes Rivas – Mayo 2020