Ficaria Vins: de consumidores a viñateros por amor al vino

➡️ Ficaria Vins es un proyecto y unos vinos sinceros, honestos y sin ninguna otra pretensión que transmitir a quién los beba, la personalidad de los territorios dónde nacen

➡️ Montse y Jaume siempre quisieron convertir su sueño en un proyecto lo suficientemente rentable para permitirles vivir dónde ellos querían vivir y con los recursos que ese lugar les daba

➡️ La bodega está dotada de los elementos necesarios para seguir una elaboración precisa y poco intervencionista pero capaz de ayudar a que el proceso natural de transformación de la uva en vino llegue a un buen final

➡️ Empezamos a replantearnos si lo que estábamos haciendo era fruto de una rutina o realmente es lo que nos interesaba. ¿Tienen algún sentido para nosotros todos los sellos que llevan las botellas o son fruto cada vez más de una herramienta comercial?

➡️ No estamos en contra de nadie sino que igual que puedes escoger pertenecer al club de lectura de tu población o no, puedes hacer vino sin pertenecer a ninguna organización, siguiendo las normas y requisitos establecidos por las autoridades competentes

Jaume y Montse

La familia son los cimientos del proyecto

Ficaria Vins son Montse, Jaume, sus hijos Èlia y Jaume Jr., y el padre de Jaume

Montse Castro cursó estudios de Educación Especial, Jaume Roca en Contabilidad y Fiscalidad, nunca habían elaborado vino, pero eran consumidores apasionados:

Ibamos a todas las degustaciones que podíamos, visitábamos las  ferias dedicadas y empezamos a formar parte de diferentes asociaciones relacionados con el vino.

Fueron llegando a este mundo por el interés y el enamoramiento que el vino y su mundo les producía, primero como consumidores y ya en el año 2003, liándose la manta a la cabeza y creando la bodega, porque de lo que sí disponían era de viña. Jaume viene de una familia de agricultores de generaciones que han cultivado el olivo, el almendro y la viña, los cultivos tradicionales de la zona. La uva la llevaban a la cooperativa del pueblo: 

Montse: Todo esto nos lleva a plantearnos ¡sobretodo a Jaume!!!!: si nos gusta el mundo del vino, si tenemos viñas de muchos años y sanísimas gracias al cuidado de mi suegro, si conocemos gente que con cantidades  similares a las nuestras tienen su propia bodega, ¿Por qué nosotros no?  ¡Ahí empezó todo!

Compaginaron sus trabajos anteriores con los de la bodega hasta el mes de diciembre de  2010. A partir de enero de 2011 se dedican exclusivamente al proyecto puesto que su intención ha sido siempre convertir su sueño en un proyecto lo suficientemente rentable para permitirles vivir dónde ellos querían vivir y con los recursos que ese lugar les daba, porque su pueblo, La Figuera es de crucial importancia para ellos, tanto, que da el nombre a la bodega pues la palabra Ficaria proviene del latín Ficus Carica (Higuera-Figuera):

Quiere ser un tributo a nuestra población, La Figuera.

Pero si el entorno es importante, más aún lo es las personas sin cuyo apoyo y aliento, Ficaria Vins no podría ser la realidad que es ahora.

No habríamos llegado hasta aquí sin el apoyo, sobre todo humano, del padre de Jaume.

Los hijos de Montse y Jaume crecieron y se criaron rodeados por la aventura que iniciaron sus padres, y este entorno les atrapó tanto como a ellos, por lo que dos de ellos decidieron dirigir su andadura académica a la Escuela de Enología Jaume Ciurana de Falset, donde Èlia tercera hija de ambos, se ha convertido en Técnica de Grado Superior y Jaume Jr., el benjamín de la famila cursa segundo de Grado Medio.

Los dos se han ido incorporando a los trabajos de la bodega progresivamente y según les permiten sus obligaciones académicas,

Conozcamos esos viñedos

Sus viñedos se encuentran en dos zonas: La Figuera, provincia de Tarragona y enmarcada en la comarca administrativa del Priorat, y Arenys de Lledó, en la comarca del Matarranya, provincia de Teruel. Completan un total de 12 Ha de viñedo.

Empezaremos hablando de la primera:

La Figuera

Tanto Montse como Jaume tienen fuertes vínculos con esta zona, que al igual que en todo el arco mediterráneo, goza de una tradición vinícola de siglos, tradición que ha imprimido forma a su cultura y conformado su personalidad.

La familia de Jaume, tanto por parte materna como paterna, tiene sus orígenes desde hace ya varias generaciones en la comarca del Priorat. Por su parte Montse, aunque su origen es Barcelona, ha tenido relación con la comarca desde que nació, y lleva viviendo en La Figuera desde hace más de tres décadas.

Las Fincas

Las plantaciones fueron realizadas en los años 1930, 1950, 1980, 2000, 2002 y 2003. Trabajan las fincas intentando respetar al máximo su equilibrio y biodiversidad, siguiendo criterios de agricultura ecológica y biodinámica.

Su principal variedad es la garnacha negra, una uva elegante y con carácter, que en la Figuera nos muestra una de sus mejores versiones. A partir del año 2000 incorporaron la cabernet sauvignon y la syrah, la garnacha blanca formaba parte de las variedades tradicionales aunque de manera minoritaria respecto a la tinta y habitualmente se vinificaban juntas.

Montse: Cuándo Jaume y yo iniciamos el proyecto, plantamos más viña recuperando zonas que con el tiempo se habían dejado de cultivar. Además de aumentar la plantación de garnacha tinta, plantamos el cabernet y la syrah, así como la garnacha blanca que se había perdido. Consultamos a expertos en la zona que nos aconsejaron diversificar variedades, así que elegimos la syrah porque los vinos de la zona que habíamos probado con esta variedad nos parecían interesantes, y la cabernet sauvignon por la capacidad de envejecimiento de los vinos elaborados con ella.

Cuando decidimos embarcarnos en el proyecto,

FINCA CERVEROLAFINCA ELS PLANSFINCA LA FONT
Superficie: 1,3 HaSuperfIcie: 2,8 HaSuperficie: 1,1 Ha
Suelo: Arcilloso-arenoso-calcáreoSuelo: Arcilloso-calcáreoSuelo: Calcáreo-arcilloso
Variedades: Garnacha Tinta, Cabernet Sauvignon y SyrahVariedades: Garnacha tinta, Garnacha blanca, Cabernet Sauvignon y SyrahVariedades: Garnacha Tinta y Garnacha blanca
Las fincas en La Figuera

Arenys de Lledó en Teruel

Arenys de Lledó es una pequeña población muy parecida en todas las dimensiones a la Figuera. Está situada en la comarca del Matarranya/Matarraña, provincia de Teruel, al oeste de Tarragona y al norte de Castellón:

Es una zona que a nosotros particularmente nos habla, y los buenos vinos siempre salen de los lugares que hablan. Este proyecto surge de la intuición,  del sentir o del instinto animal que cada uno llevamos dentro, no surge del estudio científico de la zona.

Su carácter lo perfila el paso del río Algars y la presencia del macizo de Els Ports. Todo su entorno está formado por valles cultivables de suelos limoso-calcáreos que desaguan en el río.

Los viñedos de donde proceden las uvas de Ficaria Vins, crecen a cuatro altitudes comprendidas entre los 600 y los 380 m, con orientaciones norte, nordeste, noroeste y oeste, dando frutos de garnacha tinta, garnacha blanca y macabeo.

Todas ellas son las viñas originales y sus edades oscilan entre los 60 y los 25 años.

En Bodega

La bodega de Ficaria Vins se encuentra en un edificio de su propiedad situado en el mismo pueblo de La Figuera, en el que han elaborado todos sus vinos desde el inicio del proyecto. En Arenys de Lledó no cuentan con bodega propia sino que elaboran en un espacio arrendado dentro del edificio de la Cooperativa Agrícola del pueblo.

La bodega está dotada de los elementos necesarios para seguir una elaboración precisa y poco intervencionista pero capaz de ayudar a que el proceso natural de transformación de la uva en vino llegue a un buen final.

Jaume y Èlia, son los que dedican más tiempo a los trabajos de bodega pero en vendimia y en momentos puntuales, como cuando hay que  embotellar, arriman el hombro todos los componentes de Ficaria Vins:

Nuestra filosofía es la de la mínima intervención basándolo todo en el protagonismo de la UVA. Todas las fermentaciones se producen de manera espontánea, sin añadir ni levaduras ni pies de cuba.

En consonancia, los bazuqueos son manuales y trabajan con dosis muy bajas de sulfitos.

La mayor parte de sus vinos fermentan en depósitos de acero inoxidable. Puesto que el vino al que irá destinada cada viña, viene dado tras el análisis de las características de cada parcela, con este tipo de vinificación buscan que el resultado no esté contaminado con notas que no vengan exclusivamente de la uva y del proceso fermentativo.

De esta manera también persiguen conocer lo que aporta realmente cada parcela dado que no mezclan ni parcelas ni variedades en la fermentación.

No obstante para algunas elaboraciones también utilizan tinajas porque les gusta el carácter más primario que aporta a los vinos. Su porosidad permite que la fermentación sea a más baja temperatura de manera natural y por tanto las notas primarias tienen un poco más de protagonismo.

Esta característica se mantiene también durante la crianza en las mismas.

Los vinos: rompiendo moldes desde el minuto 1

El Páter fue su primer vino, un monovarietal de garnacha tinta de viñas viejas con 12 meses de crianza en barrica, no era el tipo de vino habitual en aquel momento, en el año 2003. El Èlia lo lanzaron en 2004, un vino de garnacha tinta, syrah y cabernet sauvignon que ya tenían en mente al empezar.

El resto fueron surgiendo fruto de la evolución personal y del proyecto, del conocimiento de las parcelas y de la diversidad existente en el mundo del vino y no renuncian a ampliar la familia:

Eso nunca se sabe 😉. Las ganas están y la ilusión también, pero a corto plazo no está previsto.

Se aventuran fuera del paraguas de las denominaciones de origen

¿Qué os lleva a tomar la decisión de no ampararos en ninguna D.O.?

Nosotros estábamos certificados por CCPAE, por DEMETER,  calificados por la D.O. Montsant y pasábamos cada año una auditoría realizada por una certificadora acreditada en la UE, para que la D.O. calificara como aptos los vinos. Todo esto con el correspondiente pago de honorarios a cada organismo o empresa que emitía su certificación.

Empezamos a replantearnos si lo que estábamos haciendo era fruto de una rutina o realmente es lo que nos interesaba. Necesitábamos responder a preguntas como:

  • ¿Quién y por qué nos compra el vino?
  • ¿Nos sentimos visualizados y representados por la D.O.?
  • ¿Tienen algún sentido para nosotros todos los sellos que llevan las botellas o son fruto cada vez más de una herramienta comercial?

Tras estas reflexiones decidimos seguir contando con la certificación de la entidad acreditada por la UE para que auditasen nuestra trazabilidad en el producto y prescindimos de las demás.

Pero cuidado, queremos dejar muy claro que no estamos en contra de nadie sino que igual que puedes escoger pertenecer al club de lectura de tu población o no, puedes hacer vino sin pertenecer a ninguna organización, siguiendo las normas y requisitos establecidos por las autoridades competentes.

Camino recorrido y mirada hacia adelante

Si echáis la vista atrás ¿cómo veis la trayectoria de Bodegas Ficaria Vins?

Pués vemos una trayectoria ganada a pulso, fruto de mucho esfuerzo, ganas e ilusión, pero sólida y basada en algo por lo que vale la pena luchar: un territorio, un producto y una manera de entender la vida.

¿Cómo veis vuestro futuro?

¡Ya nos gustaría ver futuro!!!!

Bromas aparte, y dado el contexto actual, lo vemos incierto ya que quizás la manera de comercializar actual va a cambiar. Nosotros esperamos poder mantener nuestros clientes actuales, ganar más en el mercado nacional con los dos proyectos y penetrar en el regional aragonés con el proyecto del Matarraña (Teruel).

Actualmente conviven diferentes perfiles de consumidores y todos pueden coexistir, como todo en la vida. Nosotros tenemos quizás más camino, con la mayoría de nuestros vinos, en el sector de los «ávidos de novedades«, pero que si le satisfacen, pueden convertirse en consumidores conservadores en el sentido de que repitan con nuestros vinos.

¿Consideráis que el vino debe ir siempre acompañado de comida o hay espacio para el consumo social de vino como el de cerveza?

No pensamos que siempre tenga que haber algún plato acompañando. Hay algunos vinos que es mejor beberlos solos, sin ningún tipo de interferencia gustativa. Y referente al consumo social, en un país que somos de los primeros productores a nivel mundial ¡tendría que ser lo normal!!!

En cualquier caso y desde hace algunos años, hemos ido viendo como poco a poco se iba incorporando gente joven al mundo del vino. Jóvenes muy interesados, con bastantes conocimientos  y con ganas de ampliar su bagaje vinícola.

Por todo ello creemos que si todas la partes implicadas, gobierno, productores, prescriptores, etc., lo sabemos hacer bien, sin duda van a seguir interesándose e incorporándose nuevos consumidores porque es un mundo fascinante.

Y ya para terminar, ¿cómo definiríais Ficaria Vins y sus vinos?

Como un proyecto y unos vinos sinceros, honestos y sin ninguna otra pretensión que transmitir a quién los beba, la personalidad de los territorios dónde nacen.

©Mara Funes Rivas – Enero 2021

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