
- Bodega: Destinos Cruzados
- Origen: Condado do Tea – D.O. Rías Baixas
- Variedad/es: 75 % Albariño – 25% Treixadura. Edad viñedo: Cepas viejas de más de 100 años se alternan con cepas en una mayor proporción que rondan los 50 años y otras más jóvenes plantadas hace 25 años
- Elaboración: Prensado básico, desfangado corto y fermentación espontánea con levaduras autóctonas
- Crianza: Gran parte del vino realizó la crianza en acero inoxidable y la otra en un foudre de madera de roble francés de 2000 litros durante 12 meses. Posteriormente se homogeneizaron ambos para su posterior filtración y embotellado. La crianza se completó con 14 meses de botella antes de la salida al mercado
- Graduación: 14,5%
- Fecha de cata: Cata a ciegas llevada a cabo el 28 de noviembre de 2022
Información de interés: Este vino participó junto a su hermano menor, el 2020, en la cata del 28 de noviembre, ambos a ciegas. Con este ejercicio hemos querido comprobar no sólo el factor añada sino también, la proyección de este vino en el tiempo. Publicamos hoy el que fue vendimiado hace más de 4 años. ¡Pinchad aquí para ver el hermano menor!
Apreciación: La etiqueta mantiene el elegante diseño de la primera añada que nos traslada a la vieja parra de la finca donde nació el proyecto Destinos Cruzados.
El vino tiene color amarillo limón dorado que aún conserva tonos verdosos y una apariencia más juvenil que su edad.
Nariz de intensidad media-alta, se muestra aromático desde el primer momento con deliciosas fragancias florales. La fruta se muestra sutilmente compotada y con una elegante oxidación: uva ligeramente sobre-madurada, manzana reineta asada, recuerdos a mermeladas, la piel de la fruta escarchada y la fruta deshidratada de roscón. Gradualmente se abre a los aromas de panadería y pastelería con notas de crema, vainilla, pan tostado y frutos secos.
La nariz se hace más compleja y aflora la piedra blanca, la tiza y la pólvora, para al poco rato mudar a granito y pizarra. Los granos de café, el curry y las hierbas aromáticas como el laurel, el tomillo y la salvia, aportan una cara exótica. Se intuye la resina y resurge la fruta con colores blancos y amarillos. Una complejidad aromática que invita a profundizar.
En boca la entrada es fresca, con presencia de cítricos, y toques amargos en contraste con la dulzura contenida del caramelo natural y su licor, y el picante de las especias. Sápido y jugoso y con tacto cremoso, deja en el paladar notas tostadas, muy envueltas en los matices propios de su crianza en barrica y su dilatado reposo en botella.
Un vino sabroso, con personalidad y persistencia, intenso y elegante. Forma el triángulo perfecto entre fruta, mineralidad y carácter.
Valoración global y recomendación de consumo
El Pousada 2018 es un vino del todo sobresaliente y lo que le queda. Complejo, muy elegante, para gozar casi ilimitadamente con él. No cabe duda de que tiene aún muchísimo potencial y una vida muy larga en botella que, sinceramente, le sienta genial ¡Es un vinazo! Ojalá podamos acceder a añadas más antiguas …
Su marcada personalidad lo convierte en un vino que encaja a la perfección en cualquier sección de la carta de un restaurante, gracias a su frescura, frutosidad, delicadeza, profundidad y complejidad aromática, y su estructura y carácter en boca. Una joya para quien disfrute jugando con los maridajes.
© Mara Funes Rivas – Enero 2023