
- Bodega: Bodegas Tempore
- Origen: Finca la Dehesa, Lécera (Bajo Aragón)
- Variedades: 100% Garnacha blanca
- Elaboración y crianza: Vendimia manual en la primera quincena de septiembre. Crianza con sus lías en depósito ovoide de hormigón de 1700l durante 9 meses.
- Graduación: 13%
- Fecha de cata a ciegas: 7 de abril de 2021
Información de interés: Vino ecológico. La uva procede de cultivo ecológico y está plantada a 560 m de altitud en suelos calizos-arcillosos que favorecen la retención de agua en una zona de muy baja pluviometría. Zonas con cascajo que permiten la permeabilidad y el aprovechamiento del agua
Apreciación: Etiqueta que nos atrevemos a calificar de impactante por la fuerza de la imagen del rostro que sin embargo se funde impecablemente con la de la uva. A pesar de la gran fuerza visual no cansa por la gran armonía de líneas y la acertada elección de colores en la gama de grises.
El vino tiene color amarillo-limón pálido con ribete acerado. Limpio y brillante.
La nariz se abre con delicados aromas a lima-limón, fruta blanca y de hueso, amarilla y fresca. Le siguen herbáceos balsámicos, piel de uva de mesa y pinceladas de yogurt.
Se incorporan notas dulces de almíbar, toques cítricos más intensos, y los más amargos del grano de café verde. La complejidad aumenta por minutos, trayendo los hidrocarburos en forma de caucho, aromas salinos y de piedra blanca.
En una vuelta más de tuerca aparecen aromas de polen y caña de azúcar en el fondo, conformando un conjunto de elegante complejidad.
En boca tiene un buen amargo en el paso y final cítrico. De tacto untuoso, su excelente y magníficamente integrada acidez, te hace salivar. Es estructurado, persistente y muy sabroso.
Destacamos un dulzor contenido de almíbar que compensa las notas amargas del café verde, la fruta es un claro albaricoque que se alterna con los cítricos de la ralladura de limón. Largo, intenso y fresco.
Valoración global y recomendación de consumo: El vino Generación 50 2019 despliega un conseguido equilibrio entre fruta y mineralidad que completa con un bonito amargo. Una versión más fresca de esta variedad. Tiene una evolución en boca muy positiva, mostrándose más serio de lo que pareciera en un primer momento.
Tiene la personalidad y el estilo de vinos blancos de tierras más frías como puede ser Alsacia o Mosela y es precisamente esta personalidad la que le va a permitir una amplísima gama de platos, desde los fríos con fiambres, quesos y ensaladas, a todo el espectro marino en todas sus elaboraciones, cremas, legumbres, arroces, pasta, carnes blancas y de granja, cocina internacional picante y exótica, para finalizar con los inevitables patés y dulces.
©Mara Funes Rivas – Mayo 2021