Pirulo 2022: mirada al pasado con espíritu joven y audaz

Información de interés: Clarete al estilo tradicional, como se hacía en los pueblos, que fermentaba con “la madre” (los hollejos y las lías). Al terminar de fermentar se tapaba y cuando iba llegando el calor se separaba de “la madre”. Sólo 650 botellas


Apreciación: El diseño de la etiqueta es muy diferente y atractivo, subrayando el proyecto de investigación y recuperación que lidera Roberto Martínez Ramos. Despierta la curiosidad.

El vino tiene un bonito color rosa en transición hacia el rojizo, con reflejos anaranjados.

La nariz combina dos planos muy claros, el de las hierbas aromáticas y medicinales, y el de la fruta roja, madura y las bayas de frutillos rojos y negros.

Se le incorpora un apunte vegetal de raspón, la uva de mesa y sorprendentes notas de frutas tropicales: plátano maduro y mango. Una nariz intensa, con marcado perfil orgánico.

En boca entra fresco, sabroso y salino, con el sabor de las hierbas medicinales en contraposición con las chuches. Toques carbónicos le dan chispa y frescura, su acentuada acidez se ve equilibrada con un tacto graso y recuerdos de hollejo de fruta.

Una boca con notas agresivas pero indudable atractivo, de gran personalidad.

Valoración global y recomendación de consumo

El Pirulo 2022 es un vino muy curioso, que haciendo ejercicio de recuperación nostálgica, sin embargo resulta muy juvenil y actual.

Quizás no sea un vino para todos los paladares por lo arriesgado de su elaboración -tampoco lo pretende si juzgamos por su producción-, pero sí consideramos que es un vino que debe probarse y que sin duda va a sorprender a muchos. Una mirada al pasado con espíritu joven y audaz que nos pide tapas y carnes a la parrilla, embutidos y quesos.

© Mara Funes Rivas – Octubre 2023


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